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* Hay resistencia, hay feminicidios, pero el poder público está obligado a garantizar la seguridad de las mujeres

MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO

Coatzacoalcos, Ver.


 

 

“A la mujer nadie le ha reglado el rol que juega en la sociedad —afirma Nereyda Santos—. Ni sus derechos, ni sus espacios, ni su liderazgo en el contexto social, son un obsequio ni un acto de generosidad”.

—¿Se logró imponer?

—Se está logrando imponer. Aún falta pero algún día se logrará la igualdad.

Nereyda Santos Hernández —“antes que nada mujer”, dirigente municipal del Movimiento Territorial del PRI, profesionista, médico anestesióloga— enfatiza que lucha por los derechos de las féminas van venciendo dogmas y derribando tabúes, y que contradictoriamente enfrentan el amago de la violencia, la descalificación, la amenaza y an algunos casos, la muerte.

“Pongámoslo en contexto —agrega—. Las mujeres vamos conquistando espacios, primero valorándonos internamente y realizándonos en lo personal y en lo profesional; luego alcanzando espacios en las instituciones, en la cátedra, en la investigación. Y enfrentamos, en consecuencia, la resistencia de un sector que se ubica en el machismo”.

Nereyda Santos ha transitado por la Dirección del Hospital Regional en el sur de Veracruz y fue coordinadora del Seguro Popular. Es actualmente secretaria general del Movimiento Territorial del PRI en Coatzacoalcos.

—¿Se estaría cayendo en una confrontación con el varón?

—No, la resistencia proviene sólo de un sector cada vez más reducido. Yo te puedo asegurar que la mayor parte de los hombres ven con ánimo positivo el desarrollo de la mujer, su realización, ver su éxito en la empresa o el gobierno, saber que encabeza instituciones o lidera partidos.

“El cambio de mentalidad se gesta en casa —apunta—. Ahí ha cambiado el enfoque del hombre hacia la mujer. Contrario a lo que sucedía antes, que la mujer era vista como una pieza dentro del hogar, hoy se estimula que estudie, que se cultive, que alcance un título profesional y construya sus éxitos y alcance su plenitud”.

—¿Cómo explicar la violencia creciente, el aumento de feminicidios, el acoso sexual, el asedio en la escuela, en el trabajo, en el ámbito laboral?

—Por la fragilidad del sistema. Ante el avance en el reconocimiento de los derechos de la mujer, ha faltado mayor prevención, incidir en la educación y el respeto a la integridad de la mujer, adecuar el marco legal.

“Hay temas que anteriormente parecían impensables. Por ejemplo, lograr paridad de género en   postulaciones a cargos de elección popular. Hoy son ley y se han vuelto algo normal. Hoy los cabildos se integran por un 50 por ciento de hombres y un 50 por ciento de mujeres. Hoy, algunas de las instituciones de mayor renombre las dirigen las mujeres. Y lo mismo ocurre en la empresa.

“En la medida que el sistema imponga sus normas, que las leyes marquen límites, que el sistema educativo provoque un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones, la seguridad de la mujer se afianzará.

—Hoy se ha avanzado en el tema de la igualdad de género. ¿No se corre el riesgo de llegar a intentarse una superioridad sobre el hombre?

—Sería irnos al extremo del problema. Sería una radicalización y a fin de cuentas una contradicción. Buscar igualdad es el justo medio. Ni inferior ni superior a nadie.

—Usted combina su profesión, su actividad en cargos de gobierno y su trabajo político como integrante del PRI. ¿Qué responsabilidad le tiene la clase política en la consolidación de la igualdad de género y en el riesgo de que se incremente la violencia y el feminicidio?

—La mayor carga descansa sobre quienes están al frente de las instituciones públicas, pero no se puede eximir de responsabilidad a la sociedad. Estamos en un punto crítico en el que hay que enviar señales de que quien toque a la mujer va a enfrentar consecuencias. Que se le aplicará el marco legal. Que pagará por sus actos.

—¿A favor o en contra del movimiento de inacción de las mujeres, la suspensión de actividades laborales como forma de protesta?

—A favor. Es una respuesta pacífica que lanza un gran mensaje para que la ley se aplique y así se preserve la integridad de la mujer.

—¿Cómo se define?

—Soy mujer que suma. No soy excluyente y sueño y vislumbro en trabajar por la igualdad a pesar que falta mucho para alcanzar este sueño.

—¿Es válida la violencia como expresión de reclamo a la vulnerabilidad de la mujer?

—En el Día Internacional de las Mujeres estamos contra toda violencia y estoy en desacuerdo total que en el supuesto lenguaje de igualdad se destruyan edificios históricos nacionales que son nuestro orgullo, nuestra historia.

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