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Aplicando el dicho: de que lloren en mi casa a que lloren en la tuya, mejor que lloren en la tuya, Antonio Tarek Abdalá Saad decidió salvar el pellejo poniéndose a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR) para declarar en contra de Javier Duarte y otros exfuncionarios duartistas a los que se acusa de desvío de recursos.

De entrada puede decirse que la PGR está haciendo bien las cosas para que Duarte no salga de la cárcel dentro de 36 meses, buscando pruebas sólidas contra el exgobernador, contrario a lo que hicieron Miguel Ángel Yunes Linares y su fiscal Jorge Winckler, que en su prisa por obtener los reflectores mediáticos para ganar votos y retener la gubernatura hicieron un trabajo ministerial chambón que no sirvió para confinar por años a Javier, que por ahora está a poco de irse a la calle.


 

El diario Milenio informó ayer que el extesorero del gobierno de Veracruz y exdiputado federal por Cosamaloapan llegó a un acuerdo con la PGR a cambio de que no se le juzgue por el desvío de 55 mil millones de pesos de recursos federales.

La nota informativa firmada por el reportero Rubén Mosso revela que el arreglo se dio el 30 de noviembre pasado, último día del gobierno de Enrique Peña Nieto, y que Tarek aparece en 32 carpetas de investigación y en 11 averiguaciones previas.

“Dicho acuerdo está sujeto a que Tarek declare en cada uno de los juicios donde Duarte y otros ex funcionarios estatales están siendo acusados, pues de no hacerlo, este no tendrá validez”.

Milenio revela que tuvo acceso a los oficios de la PGR donde se admitió la petición del exdirector Administrativo del DIF Estatal, quien pidió acogerse a un “criterio de oportunidad”.

De acuerdo a la nota informativa, el acusado recordó en una declaración ante el Ministerio Público Federal que durante meses ha estado colaborando con la autoridad, “brindando información eficiente y útil”.

Citó el caso concreto de una carpeta de investigación en donde declaró que aportó información “esencial y eficaz” para la persecución de un delito más grave del que se le imputaba, bajo el compromiso de comparecer en juicio o donde se le requiera.

Delata a todos los que sabían

Tarek Abdalá decidió barrer parejo con todos los que sabían del desvío de recursos, pues de acuerdo a la nota expresó: “Repito, todos ellos conocían las prácticas respecto a la manera en que se desviaban los recursos y no solo eso, sino que las aprobaban y en ocasiones se beneficiaban económicamente de las mismas y me permito detallar la manera en que lo hacían”.

Los detalles de la forma en que lo hacían no se mencionan, aunque pueden haber sido los que reveló el 23 de mayo pasado cuando confesó ante la PGR que Duarte desvió recursos hacia compañías fantasmas y que a veces era Karime Macías quien decidía el destino del dinero, confesión que sirvió para que el exgobernador hoy en prisión fuera declarado culpable de asociación delictuosa y lavado de dinero (véase “Prosa aprisa” del 2 de septiembre de 2018, “De soplones y delatores”).

En la nueva versión que acaba de ventilar el diario de la CDMX, reconfirmó lo que siempre se negó: que sí existía y funcionaba la famosa “licuadora” de recursos federales, procedimiento por medio del cual se hacía el desvío de recursos.

“… la verdad es que sí es indebido que recursos federales etiquetados se desvíen a una cuenta concentradora o licuadora, para un fin de gobierno diverso al que fueron destinados, hago de su conocimiento que está práctica sí se hacía y era conocida por todos mis superiores jerárquicos en la Secretaría de Finanzas, por supuesto incluyendo al gobernador quien en la mayoría de las veces lo instruía directamente”.

¡Tarek era repartidor de pizzas!

Por lo que dio a conocer Milenio con base en la declaración de Tarek, es que Duarte le instruía a que le mandara lo que él denominaba “pizzas”, lo que significaba millones de pesos en efectivo; una “pizza” equivalía a un millón de pesos en efectivo, y cien mil pesos eran “invidentes”. “Me decía, por ejemplo, mándame tres ‘ciegos’ o ‘invidentes’, lo que significa 300 mil pesos. Y entonces sin decirme para qué, porque nunca me lo dijo, yo le hacía llegar dichos recursos”.

¿Quiénes eran “todos ellos”?

No se sabe si en un momento preciso se dará a conocer quiénes eran “todos ellos” los que sabían de los desvíos y, más importante, quiénes eran los que se beneficiaban económicamente.

Veracruz está en la quiebra económica como secuela de todo el saqueo que sufrió por parte de las propias autoridades, Duarte ha recibido una sentencia que le permite salir en libertad en cuestión de meses, sus colaboradores que participaron en el desvío de recursos, algunos nunca han sido molestados y otros fueron enjuiciados por la fiscalía local pero han estado saliendo de la cárcel porque las denuncias no estuvieron bien sustentadas, y ahora se duda que serán llamados a cuenta por la autoridad federal, con eso de que Andrés Manuel López Obrador está perdonando a muchos delincuentes.

Tampoco se sabe si el gobernador Cuitláhuac García exigirá a la PGR que se aplique la ley y no quede impunidad, y de ser posible que se les aseguren cuentas y se les decomise lo mal habido. Tarek, ahora multimillonario a costa de los veracruzanos, duerme tranquilo.

Iban a embarcar a Cuitláhuac

A tiempo el gobernador Cuitláhuac García suspendió ayer su asistencia a la “inauguración” de la rehabilitación de la calle Santos Degollado en Xalapa.

A tiempo porque le hubiera valido críticas ya que se trata de una obra muy pero muy menor, una verdadera vacilada para su nivel.

La rehabilitación consistió en echar una capa de asfalto en un tramo pequeño, asfalto tal vez del que dijo Hipólito Rodríguez que les iban a regalar, o sea ni siquiera se trataba de una obra con concreto hidráulico.

¿Quién de sus colaboradores lo programa para que asista a actos sin ninguna relevancia y lo expone a las críticas no solo de los medios sino de los propios ciudadanos?

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